lunes, 9 de julio de 2018

"Anarquía judicial" en Brasil


Un domingo extraño registró Brasil luego que un juez ordenara la liberación del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, condenado a 12 años y un mes de prisión por un caso de corrupción, decisión que fue revocada pese a un segundo intendo del magistrado de excarcelar al antiguo mandatario.

La extraña jornada comenzó a las 08:05 cuando el juez de guardia Rogério Favreto, del tribunal de segunda instancia de la 4ª Región (TRF4), con sede en Porto Alegre, ordena liberar a Lula, acogiendo un pedido de habeas corpus planteado por la defensa del expresidente.

La decisión de Favreto no es aplicada por la gendarmería brasileña y el juez anticorrupción Sérgio Moro, que condenó a Lula en primera instancia, afirma que Favreto carece de competencias para ordenar la liberación del expresidente.

Ante esta situación desfavorable, Favreto emite una nueva orden de liberar al líder de la izquierda, a la cabeza de los sondeos para las elecciones de octubre.

A las 13:13, el juez Joao Pedro Gebran Neto, relator del juicio de Lula en el TRF4, anula la orden de liberación emitida por Favreto.

Dos horas después, el juez Moro informa que aunque está de vacaciones hasta el 31 de julio, emitió su parecer al haber sido citado en el pedido de habeas corpus. Esa aclaración fue divulgada después de que su intervención fuera cuestionada por el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula.

Al mismo tiempo, Favreto no se da por vencido y ordena liberar a Lula de inmediato: “Reitero el contenido de las decisiones anteriores, determinando el inmediato cumplimiento de la medida de liberación en el plazo máximo de una hora”, escribe.

Recién pasadas las 18:30 el presidente del TRF4 decide mantener a Lula preso, respaldando la decisión del relator del caso Gebran Neto.